Trazando su línea temporal
1513: Comienza la construcción del castillo bajo la dirección de Catalina Briçonnet, una noble que imaginó el edificio al otro lado del río Cher.
1547-Diana de Poitiers, amante del rey Enrique II, recibe el castillo como regalo y lo transforma notablemente, añadiendo la famosa galería que salva el río.
1559-Tras la muerte de Enrique II, su esposa, Catalina de Médicis, toma el control de Chenonceau, convirtiéndolo en su residencia real. Amplía los jardines e introduce elementos de estilo italiano, reflejo de su linaje.
1560-Catalina encarga elaboradas reformas interiores, incluidos lujosos apartamentos reales y una capilla, convirtiendo el castillo en un símbolo del poder real y refugio personal.
Siglo XVII A principios del siglo XVII, por desgracia, el castillo empieza a deteriorarse. Aunque el rey intenta restaurarla, no recupera su antiguo estatus real hasta más tarde.
Siglo XVIII-El castillo permanece bajo propiedad real hasta que Luis XIV concede la finca a un miembro de la nobleza para que la utilice como residencia privada.
Siglo XIX-Después de años de abandono, la familia Menier, una familia francesa conocida por su imperio chocolatero, compra y restaura el castillo. Con su legado conservado, el castillo está por fin abierto al público.
1981-El castillo es reconocido como sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, lo que consolida su importancia en la historia y la cultura francesas.
Hoy sigue siendo uno de los monumentos más visitados y apreciados de Francia, que atrae a millones de personas para explorar su pasado real, sus impresionantes jardines y su patrimonio artístico.